martes, 21 de octubre de 2008

tufillos de la crisis


Domingo por la tarde. Suena el teléfono, no se por qué intuía la llamada. Al otro lado de la linea mi madre: Oye tú ¿cuanto dinero tienes en ING?

Casi al mismo tiempo suena el messenger, mensaje instantáneo: Ey! ¿He de asustarme por lo de ING?


Menos mal que era domingo, pero desgraciadamente los programas matinales de hoy, las mesas redondas de debate y todas las radios ya tenían carne como ave carroñera ansia de su alimento para subsistir. Es entonces cuando los hipocondriacos catastrofistas vuelven a sufrir un nuevo cuadro agudo o una nueva crisis (nunca mejor dicho). La verdad es que tienen su parte de razón, ING donde cerca de dos millones de españoles tienen (tenemos) parte de sus ahorros protagonizaba los titulares: ING SE DESPLOMA EN BOLSA, GOBIERNO HOLANDÉS DECIDE RESCATARLO... asusta ¿verdad? Y a quién no, digo yo. Desde hace un tiempo atrás, ante esta sociedad de la información, los medios están extralimitándose en sus funciones, parece que el fin -aumentar audiencias- justifica los medios -provocar el pánico-. Ya lo hicieron con el accidente de barajas, de repente todos los días caían aviones. David Andina escribió buen artículo sobre esto. Hoy lo hacen con la crisis, de repente todos los días hay desplomes. Lo alarmista vende, el morbo vende, es algo que no nos viene de nuevo, pero ¿es ético vender gratuitamente miedo y pánico?.


Volviendo al titular catastrofista, vayamos por partes.


En primer lugar la interpretación de lo sucedido es totalmente lo contrario. Ante los rumores de un posible aumento de capital, procedente del Gobierno (como si procediese de otras fuentes) los accionistas ven que sus acciones pueden valer menos, entonces acuden a vender y los títulos bajan. ¿Por qué valen menos las acciones ante un aumento de capital? Ejemplo sencillo, eres accionista de una empresa de capital 100€ distribuido en 100 acciones, tú posees una de ellas. Los beneficios son de 100€ con lo cual a ti te corresponde 1€ de beneficio por tu acción. Se amplía el capital a 200€ de forma que ahora hay 200 acciones, de forma que a la hora de distribuir el beneficio ahora que sigue siendo de 100€ a ti, que tienes una acción, te corresponde 0,5. Has perdido. Por eso las ampliaciones de capital no son muy populares entre el accionariado de una empresa. CONCLUSIÓN: ante rumores de ampliación de capital, corriente vendedora, bajada de cotización.


En segundo lugar nos cabe realizarnos la siguiente pregunta ¿Por qué el Gobierno decide inyectar 10.000 millones de euros? Bien, para esta pregunta tengo tres respuestas posibles:

1. Desde el punto de vista analítico, aumentando el capital de la empresa, los ratios de liquidez y endeudamiento quedan automáticamente mejorados. Cuestión de matemáticas. Ante un resultado crítico de ratios puede haberse activado la alarma y la medida más rápida, pero no popular como hemos visto, es ampliar el capital.

2. Del anterior punto el Gobierno decide que es él quien debe de inyectar ese capital, procede a ello porque ING es el primer banco del país, además se trata de un banco comercial, un banco de depósitos, donde en España, por ejemplo, tienen (tenemos) parte del dinero los cerca de dos millones de ahorradores que son clientes de la entidad.

3. EL Gobierno de Holanda no iba a ser menos, parece que "lo que se lleva" es inyectar dinero al sistema financiero, ayudar a los bancos. ¿Qué pensaría el holandés que ve a su gobierno pasivo ante la que está cayendo?... Creo que esto de "intervenir" ya empieza a hacer tufillo electoralista.


Y en tercer lugar, el gobierno ha inyectado 10000 millones de euros, pero ha colocado a dos consejeros que tendrán la función de velar por la "inversión de estado" y la transparencia en la gestión de la entidad. Cierto es que serán primos de algún ministro y tal, pero al menos debemos de dar un voto de confianza al buen hacer de estos dos consejeros. Al fin y al cabo se trata de velar por los clientes (quienes depositaron junto con sus ahorro la confianza en la gestión) y no tanto por la de los accionistas (quienes invirtieron por su cuenta y riesgo).


Transparencia en la gestión es algo que, tras leérmelo y releérmelo no se ya cuantas veces, no encuentro en el "decretazo" que aprueba la creación del Fondo para la Adquisición de Activos (de calidad).


La medida en sí no parece estar mal, al menos la idea que se desprende, comprar activos a los bancos, así éstos disponen de liquidez por lo que pueden reanudar la concesión de créditos. El problema es que la medida del gobierno queda como muy "sui generis" por lo que de no quedar claras algunas cuestiones pronto, el "tufillo" puede empezar a oler a corrupción.


Los activos de calidad son créditos que ha dado los bancos recientemente, que seguro han pasado todas las restricciones de riesgos y serán liquidados. Hay quién pregunta que hará el banco con el dinero cuando venda el activo al fondo, pues hará lo qué le dé la gana. Supuestamente lo que pretende el fondo es motivar la concesión de nuevos créditos por parte de los bancos, créditos que serán considerados activos de calidad, y que luego podrán venderse al fondo. Y no al revés. Hasta aquí la teoría, falta saber como jugará la práctica.

Oía hoy en radio que los gestores del fondo se reservan el derecho de no informar qué entidad a acudido a vender sus activos (de calidad) para no provocar en éstas mala reputación, como os dije falta de transparencia y tufillo a corrupción.


Lo que reclama el ciudadano es, como siempre, justicia. Al margen de las burradas que se oyen sobre las medidas adoptadas, burradas oídas en medios de comunicación o aulas de universidad, es cierto que sabiendo el origen de la situación, esos directores, administradores y altos cargos de bancos, auditores, asesores, etc. que buscaron sobre beneficios exponiendo todo el sistema a un riesgo desconsiderado y desproporcionado, mientras cobraban bonus y comisiones desorbitadas por su gestión (hoy desacreditada), no pueden quedar impunes.


Esperemos que tanta reunión de mandatario no quede en una mera noticia de portada y foto, y que de esta aprendamos y revisemos las reglas del juego. Unas nuevas reglas consensuadas, consecuentes con lo sucedido. Unas nuevas reglas internacionales, porque aquí jugamos todos. Por supuesto, unas nuevas reglas que incluyan la regulación del tratamiento de la información, la de los mercados y la de los medios (tan dados a transformarla a conveniencia) y de paso una información que forme parte de la formación educativa de las generaciones venideras, para que a nadie vuelvan a darle gato por liebre.


La historia ya demostró que el mercado totalmente intervenido no funcionó, ahora la historia nos demuestra que un mercado totalmente liberalizado tampoco. Busquemos ese punto de equilibrio y volvamos a jugar, ahora limpio y sin "tufillos".


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Adrian,

Oigo estos días de "crisis" todo tipo de noticias, entre ellas el tema de ONO y sus despidos. A tí te ha tocado en algo? ya nos contarás, espero que no