la SGAE el ojo que todo lo oye

Es cierto, así lo decían en las noticias de la Sexta: LA SGAE es como un Gran Hermana recaudador que todo lo ve, o mejor dicho que todo lo oye.

La legitimidad de esta sociedad privada, para recaudar por todo aquello que ellos consideren, así porque así, debería de ser revisada. No puedo entender como una entidad privada puede tener una competencia recaudadora de tal envergadura, decidiendo a su criterio las cantidades y los conceptos de su particular "impuesto revolucionario".

Entiendo que se cobre en aquellos casos en los que la reproducción pública de alguna creación de los socios de la SGAE pueda tener ánimo de lucro, digamos una discoteca por ejemplo que, eso sí, sólo pinche música producida por socios de la SGAE. Eso sí, no comparto las cantidades que se han de liquidar en concepto de derechos de autor.

Pero lo que es inadmisible es que en aquel rincón de este país donde haya un aparato que emita sonido, sea del tipo que sea, haya que pagar el "impuesto revolucionario" de la SGAE. Hablo desde mi experiencia, durante años tuvimos un bar en la zona turística de Cullera, ya antes de la inauguración del local se presentó allí un "inspector" de la SGAE interesándose por la televisión que íbamos a poner en el local y comunicándonos la obligación de liquidar los derechos de autor por tener una televisión, aunque únicamente visionásemos en ella partidos de fútbol o las noticias, así fue, 45€ al mes por tener una televisión.

La gota que desborda ya el vaso de la paciencia antes esta sociedad "abusona" es el que ahora pretendan cobrar a las charangas en fiestas, a las bandas de música en los desfiles, a las casetas de la feria de abril de Sevilla,... ¿en base a qué? ¿hasta dónde va a llegar el afán recaudatorio de la SGAE?

Deberían de implementarse medidas de control sobre esta sociedad, es intolerable que estos señores decidan un día cobrar por algo, así lo hagan y encima la legislación les ampare.

Ahora solo me queda no cantar en voz alta en la ducha, no sea que me oigan y reciba la visita de un inspector de la SGAE.