Que el tema de la SANIDAD en España levanta más que ampollas es algo evidente, estas ampollas no son más que la consecuencia de un sistema sanitario, el español, que en lugar de procurar curas hiere notablemente a nuestra sociedad y al tan aclamado Estado de Bienestar.
El sistema sanitario actual, dividido en 17 sistemas, uno por cada comunidad autónoma, provoca una clara desigualdad entre los ciudadanos de un mismo país, pero esta desigualdad más que evidente y públicamente conocida entre los usuarios, es tal vez mayor, sino igual, entre los profesionales del sector sanitario, eso sí menos conocida.
Así pues nos encontramos con 17 jornadas laborales distintas, 17 regímenes de vacaciones distintos, 17 formas de remuneración distintas, etc... lo que hace que exista una clara e injusta desigualdad entre profesionales del mismo sector (público) dependiendo de la comunidad autónoma en la que ejerciten su profesión. Esto que a primera vista puede hacer que al usuario poco le importe es una de las grandes causas del colapso y la saturación en los hospitales.
Este sistema actual, en el que las competencias están totalmente transferidas a las CC.AA. bloquea la movilidad geográfica de los facultativos y profesionales del sector.
Al margen de que hay autonomías, como el País Vasco, donde es más importante el saber eusquera que el ser un buen profesional, algunas de las causas del "bloqueo" de la movilidad son que el facultativo que decide marchar a otra comunidad (en la que demandan de su especialidad) se encontrará con un salario distinto y, además, no se le tendrá en cuenta la antigüedad y labor desempeñada anteriormente en la otra comunidad autónoma.
El resultado es que tenemos en este momento comunidades autónomas con "superávit" en algunas especialidades y "déficit" en otras, así pues, aquellas con "superávit" de especialidades pierden eficiencia en su servicio al tener mas oferta que demanda, teniendo trabajadores cuyo sistema les obliga a perder productividad; y aquellasCC.AA. con "déficit" pierden eficacia en su servicio al no llegar a cubrir la demanda, teniendo que recurrir a ampliar la oferta de carreras universitarias de las que salgan estos facultativos (lo que lleva a su vez a provocar desigualdad en la oferta educativa entre cc.aa., pero esto es otro debate).
Si la SANIDAD regresara a ser competencia del Estado, teniendo un único sistema sanitario centralizado, además de evitar las desigualdades entre los usuarios de distintas cc.aa., los profesionales del sector tendrían todos las mismas oportunidades laborales, independientemente de la C.A. en la que se encontrasen.
Asimismo el Estado podría motivar políticas de movilidad geográfica de los profesionales de forma que los radiólogos que sobran en Aragón cubran los puestos que demanda Canarias, que los nefrólogos que sobran en Extremadura cubran los puestos que demanda Navarra y que los cirujanos maxilofaciales que sobran en Navarra cubran los puestos que demanda La Rioja, en lo que sería una apuesta por incrementar la productividad y la eficiencia del sector, de sus profesionales y del servicio a los usuarios.
Si bien reconozco que el transferir la competencia de la sanidad a las CC.AA. podría responder a una búsqueda de optimizar la gestión, respondiendo a aquello de "divide y vencerás", e intentar economizar así los recursos, la experiencia y la historia está demostrando que en estos seis años ni se ha optimizado la gestión -algo sí en la gestión administrativa, faltaría más- ni se han economizado los recursos, únicamente se ha incrementado la "desigualdad" de las ciudadanos, tanto usuarios como profesionales.
Volviendo a la desigualdad laboral de los profesionales sanitarios españoles, asusta leer en prensa algunas frases como "es más fácil que un médico colombiano entre en España que uno de Barcelona o Madrid se vaya a Soria" -sin comentario del coladero de facultativos extranjeros que entran si haber acreditado sus títulos o incluso habiéndolos falsificado- y otras como "si un médico se trasladas de Madrid a Toledo reduce su sueldo, pierde la plaza y todo el reconocimiento anterior".
La solución para no volver a leer frases como las anteriores, dichas por miembros de la OMC (Organización Médica Colegial), y para evitar la desigualdad provocada por los problemas que he descrito, ha de pasar necesariamente por la RECUPERACIÓN, por parte del Estado, de las competencias en materia de SANIDAD y por profesionalizar la gestión técnica de los recursos del sector sanitario.
El resultado es que tenemos en este momento comunidades autónomas con "superávit" en algunas especialidades y "déficit" en otras, así pues, aquellas con "superávit" de especialidades pierden eficiencia en su servicio al tener mas oferta que demanda, teniendo trabajadores cuyo sistema les obliga a perder productividad; y aquellasCC.AA. con "déficit" pierden eficacia en su servicio al no llegar a cubrir la demanda, teniendo que recurrir a ampliar la oferta de carreras universitarias de las que salgan estos facultativos (lo que lleva a su vez a provocar desigualdad en la oferta educativa entre cc.aa., pero esto es otro debate).
Si la SANIDAD regresara a ser competencia del Estado, teniendo un único sistema sanitario centralizado, además de evitar las desigualdades entre los usuarios de distintas cc.aa., los profesionales del sector tendrían todos las mismas oportunidades laborales, independientemente de la C.A. en la que se encontrasen.
Asimismo el Estado podría motivar políticas de movilidad geográfica de los profesionales de forma que los radiólogos que sobran en Aragón cubran los puestos que demanda Canarias, que los nefrólogos que sobran en Extremadura cubran los puestos que demanda Navarra y que los cirujanos maxilofaciales que sobran en Navarra cubran los puestos que demanda La Rioja, en lo que sería una apuesta por incrementar la productividad y la eficiencia del sector, de sus profesionales y del servicio a los usuarios.
Si bien reconozco que el transferir la competencia de la sanidad a las CC.AA. podría responder a una búsqueda de optimizar la gestión, respondiendo a aquello de "divide y vencerás", e intentar economizar así los recursos, la experiencia y la historia está demostrando que en estos seis años ni se ha optimizado la gestión -algo sí en la gestión administrativa, faltaría más- ni se han economizado los recursos, únicamente se ha incrementado la "desigualdad" de las ciudadanos, tanto usuarios como profesionales.
Volviendo a la desigualdad laboral de los profesionales sanitarios españoles, asusta leer en prensa algunas frases como "es más fácil que un médico colombiano entre en España que uno de Barcelona o Madrid se vaya a Soria" -sin comentario del coladero de facultativos extranjeros que entran si haber acreditado sus títulos o incluso habiéndolos falsificado- y otras como "si un médico se trasladas de Madrid a Toledo reduce su sueldo, pierde la plaza y todo el reconocimiento anterior".
La solución para no volver a leer frases como las anteriores, dichas por miembros de la OMC (Organización Médica Colegial), y para evitar la desigualdad provocada por los problemas que he descrito, ha de pasar necesariamente por la RECUPERACIÓN, por parte del Estado, de las competencias en materia de SANIDAD y por profesionalizar la gestión técnica de los recursos del sector sanitario.
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